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BREVE HISTORIA
Las primeras iniciativas que contemplan el enlace de Burgos y
Santander por ferrocarril datan de
finales del siglo XIX, pero hay que esperar hasta 1908 para
que nazca la idea, apadrinada por las diputaciones de Santander,
Burgos, Soria y Zaragoza, de unir los puertos de Valencia y Santander.
En 1925 dan comienzo las obras, en un momento de gran impulso ferroviario
auspiciado por el General Primo de Rivera. Esta línea férrea, cuyas
obras avanzan con gran rapidez, no tienen nada que ver con el ferrocarril
de vía estrecha que se pensó en un principio, ya que en su construcción
se emplean las técnicas más modernas, y su tendido es un verdadero
alarde de ingeniería, con estupendas obras de infraestructura, que la
colocan entre las mejores líneas férreas europeas del momento.
El primitivo trazado se dirigía hacia la localidad cántabra de
Ontaneda, ya que desde aquí existía un ferrocarril de vía estrecha
hasta Santander, pero en 1930, cuando ya estaban en servicio los 366 km
que separan Calatayud de Cidad-Dosante, se paralizaron las obras ante la
dificultad que supone el paso de la Cordillera Cantábrica, y con su
reanudación, tras la Guerra Civil, se acometió un nuevo trazado que se
dirigía directamente a Santander, a través del túnel de La Engaña, el
más largo del ferrocarril español (6975m), construido entre las
provincias de Burgos y Cantabria y nunca inaugurado.
Los trabajos fueron suspendidos definitivamente en 1959. Ya entonces
soplaban malos vientos para el tren. Atrás quedaban 650 km de vías hasta
Valencia, y solamente faltaban 63 km hasta Santander, de los cuales, en
aproximadamente la mitad ya estaba finalizada la infraestructura y otras
importantes obras. El tráfico por la línea, sin el puerto de Santander
fue escaso, sobre todo en el tramo Burgos-Cidad Dosante.
De los 366 km explotados por la “Compañía del Ferrocarril Santander
– Mediterráneo”, 206 corresponden a su trazado por nuestra provincia.
La vía dispone de carril de 45 kg por metro y traviesa de madera. El
radio mínimo de sus curvas es de 300 metros y la rampa máxima en la
provincia de Burgos es de 16 milésimas.
Finalmente, la casi totalidad de la línea fue clausurada a todo tipo de
tráficos el 1 de enero de 1985, tras una
larga agonía motivada por su pésima explotación y
su falta de mantenimiento. En nuestra provincia solo se mantiene en
uso para tráfico de mercancías el ramal que une la estación de Burgos
con el polígono industrial de Villalonquejar.
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